Los deportivos noventa

Por Esteban Degregori

Después de un viaje a Europa, Nico Benedetti trajo algunas ideas inquietantes que cambiaron el concepto de la escalada en la zona. No hacía falta depender de una fisura o un lugar donde poner seguros móviles para escalar. El spit, que había irrumpido en el viejo continente, habría el juego a las placas y techos imposibles de proteger con stoppers y friends. Una nueva visión de la escalada en roca surgió a partir de la apertura de la primer vía con este concepto: Rotpunkt 6b+, 15 metros y tres spits en una placa ligeramente desplomada del sector más imponente de La Vigilancia. Cuando Nico y el Capi abrieron esta vía, ni se imaginaban lo que esto provocaría… Con martillo en mano, haciendo cada agujero, surgió la segunda vía deportiva de la zona: Mallory (6a+). Corría el año 1994 y el que escribe, a pocos años de comenzar en el deporte, también debutaba como equipador. En realidad el grado fue subiendo al paso de los distintos equipamientos que cada vez proponían líneas más extremas para la época…

En el 96 un grupo de entusiastas subió un generador a la sierra y se equiparon bastantes vías con rotopercutor. En esa misma época fabricábamos los denominados rulos, que se colocaban con Sikadur, en el taller de herrería de la familia Barbosa. Los viejos spits fueron reemplazados, muchas veces a mano, por los nuevos rulos. Algunos nos pasábamos todo el fin de semana escalando y martillando, sumando a todo el que quisiera aprender a “equipar”, es decir, enganchar a cualquier incauto que martillara un rato para aliviar el trabajo…

El proceso de evolución fue acompañado por la gran cantidad de viajes que hacían los locales en esa época: Patagonia, Europa, Brasil, Perú, Bolivia, Yosemite, Bariloche, Córdoba. Esto favoreció el intercambio y las visitas de otros escaladores, que aportaron también su trabajo y visión. Con la llegada del taladro a batería y el parabolt cayeron muchas barreras técnicas que permitieron equipar vías en techos y desplomes agregando grado y calidad a la escuela. En esa época Juan Torres y Andy Casal equipan Zeus, el primer octavo de la escuela que se asentó como 8a+ y ha dado más de un dolor de cabeza a escaladores locales y extranjeros. Poco a poco el lugar se fue haciendo conocido por escaladores de todo el país y aumentó la cantidad de personas que lo visitaban cada fin de semana. En esta época y exceptuando algunos periodos, convivimos pacíficamente con los propietarios, a pesar de saber que estábamos en un campo privado seguimos equipando y llegamos a las 150 vías…